Fecha Publicación:
9 Junio 2018
La falta de acreditación de la calidad de los centros hospitalarios dificulta que Málaga reciba a un mayor número de personas de todo el mundo en busca de asistencia privada
Sur | Noticia (Ángel Escalera)
La Costa del Sol es una marca con repercusión internacional. Su nombre es conocido en los cinco continentes. Las comunicaciones para llegar a Málaga por vía aérea son muy buenas. El clima es excelente. Todos esos factores juegan a favor de que la Costa del Sol sea una especie de Florida del sur de Europa. Eso fue lo que pensaron los creadores de la Fundación Málaga Health, cuyo objetivo es favorecer el turismo sanitario y que los hospitales privados malagueños y los centros que ofrecen distintos tratamientos relacionados con la salud se nutran de pacientes extranjeros. Así lo explicó ayer el director general de la citada fundación, el cirujano cardiovascular Miguel Such, que fue uno de los ponentes en una mesa de trabajo sobre 'Sanidad transfronteriza y turismo sanitario', que se celebró en el marco del II Congreso Andaluz de Derecho Sanitario, desarrollado en el edificio del Rectorado de la Universidad de Málaga (UMA).
Pese a que la Costa del Sol cuenta con los mimbres para ser un lugar de referencia para el turismo sanitario, las expectativas que se crearon hace unos años no se han cumplido y la cifra de pacientes que eligen centros hospitalarios privados malagueños es menor del esperado cuando se pusieron en marcha varias iniciativas para atraer a personas de todo el mundo en busca de atención sanitaria.
La gran ilusión que se generó alrededor de este tipo de turismo no ha dado los frutos ansiados. Fue como una fiebre del oro que se ha quedado a mitad de camino, como se expuso en el análisis que hicieron los expertos que participaron en la mencionada mesa, que fue moderada por Elsa Álvarez González, profesora titular de derecho administrativo de la UMA. Los ponentes fueron Mayte Echezarreta, profesora titular de derecho internacional privado de la UMA y coordinadora del Observatorio Europeo de Gerontomigraciones, que explicó la normativa de la Unión Europea (UE) en sanidad transfronteriza; Juan Bosco Rodríguez, director de desarrollo de negocios de Vithas Costa del Sol, y Miguel Such.
El turismo sanitario consiste en viajar a una ciudad para recibir asistencia privada. En el caso de Estados Unidos, el estado de Florida es un ejemplo a seguir. Una idea de la potencia que el turismo relaciona con la salud tiene en Florida es que solo en cuatro ciudades hay 258 hospitales. Ese modelo es el que querían exportar a la Costa del Sol los fundadores de Málaga Health para captar clientes de todo el mundo. La clave del éxito está en ofrecer calidad a los pacientes, dijo el doctor Such, que es jefe del servicio de cirugía cardiovascular Vithas Xanit, centro que cuenta con la prestigiosa acreditación Joint Commission International (JCI).
Uno de los problemas que frena la llegada de turistas sanitarios a la Costa del Sol es que los hospitales privados no pueden certificar su calidad ante la ausencia de auditorías clínicas que verifiquen sus resultados, señaló Miguel Such. «Sin esas auditorías, ¿cómo van a saber los pacientes de otros países si un hospital ofrece calidad asistencial o no», reflejó el director general de Málaga Health. Y eso que la provincia de Málaga es la que tiene más camas hospitalarias privadas por cada mil habitantes después de Barcelona. A ese potencial no se le está exprimiendo todo el jugo. ¿Y por qué? La respuesta se relaciona con que es necesaria una mejor promoción en el extranjero de los servicios sanitarios privados malagueños, faltan hospitales con certificados que acrediten su calidad, y que publiquen sus resultados médicos, y es imprescindible una red hotelera que se adapte a lo que demandan los usuarios de servicios sanitarios. A ese respecto, el doctor Such puso como ejemplo que en la provincia de Málaga no hay hoteles sin bañeras, lo que impide que pacientes que reciben rehabilitación puedan alojarse en ellos, ya que por las características de su dolencia la bañera es un obstáculo para ellos.
Producto comercial
«Nuestros hospitales privados son muy buenos y la percepción que se tiene de la sanidad privada española es positiva, pero hay muchas cuestiones que mejorar. El turismo sanitario es un producto comercial y, como tal, habría que sacarlo de las consejerías de Salud y de Turismo para saber venderlo bien», destacó Such. A su juicio, España en general y la Costa del Sol en particular cuentan con la capacidad de ser un centro de captación de turistas sanitarios que genere más ingresos que el sector de sol y playa.
Otro elemento nada desdeñable es que el turismo vinculado a la salud permite romper con la estacionalidad del sector hotelero, lo que facilitaría que muchos hoteles de la Costa del Sol, no tuvieran que cerrar en invierno, apuntó Juan Bosco Rodríguez. Este experto recalcó que la calidad que se le ofrece al usuario de los hospitales y de los hoteles cuando viajan por motivos de salud es fundamental. Asimismo, subrayó que en el turismo sanitario hay dos ligas. Una es la de la del precio y otra la de la calidad. «Y no es posible jugar en las dos a la vez. No se trata de llenar los hospitales a cualquier precio», dejó claro el director de desarrollo de negocios de Vithas Costa del Sol. Tanto Such como Rodríguez coincidieron en que sin el apoyo gubernamental, Málaga no será un lugar estratégico de turismo sanitario, aunque cuente con los elementos sustanciales para convertirse en la Florida del sur de Europa.
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