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26 Marzo 2011 Lleva más de 30 años viviendo en Marbella y se «desespera» cuando ve que los extranjeros residentes no se implican en la ciudad Sur | Entrevista Visitó la Costa del Sol en 1978 por unas vacaciones. Decidió volver a su país, venderlo todo y establecerse aquí. Hablar cinco idiomas le ha abierto muchas puertas, y reconoce que el extranjero no tiene una buena imagen del político español. -Le reconozco que no me ha sido fácil dar con un residente europeo en Mabella que vaya a votar en mayo. -No es de extrañar. La comunidad extranjera europea no está muy integrada en la vida de la ciudad. El idioma sigue siendo un gran obstáculo para ellos, no ven televisión local ni leen prensa local. -¿A qué cree que puede responder este desinterés? -Realmente el extranjero tiene una imagen muy mala de los políticos españoles. Ven los casos de corrupción y creen que son todos iguales. No tienen fe en la clase política. -Tal vez necesiten que la clase política no corrupta les haga ver que no todos son iguales, y que ellos son importantes para la ciudad. -Al pagar sus impuestos y vivir aqui deberían implicarse más, pero ya le digo que el idioma sigue siendo el mayor obstáculo. Me desespero cuando veo que aunque se organizan encuentros para ellos, no acuden, no les interesa. Creo que desde el Ayuntamiento de Marbella se debería trabajar aún más directamente con ellos. -¿Estaría dispuesto a meterse en política? -(sonríe) Yo tengo a mi familia y mis aficiones, y a ellos dedico la mayor parte de mi tiempo. Ya colaboro con un partido. Ayudar, sí, pero ejercer directamente, no. -¿Qué cree que debe ser lo primero en lo que se ponga a trabajar el nuevo equipo de gobierno? -Lo que más mira el extranjero es la limpieza y la seguridad, y eso Gil lo tenía muy controlado, y atrajo a mucha gente. Ahora no se está haciendo mal, pese a los problemas económicos que tiene este ayuntamiento. Creo que el gran problema de esta ciudad es la falta de aparcamiento y es lo que más critican quienes nos visitan.
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