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23 Octubre 2011 Una veintena de residentes foráneos atienden el servicio en el centro de salud de Nerja y en el hospital de Vélez. La Asociación de Voluntarios Intérpretes para la Salud de la Axarquía ayuda desde 1997 a los extranjeros a entenderse con los especialistas. Sur | Noticia La población foránea es una realidad muy presente desde hace décadas en toda la provincia, a raíz del boom turístico y residencial. Esto ha provocado que la asistencia médica precise de intérpretes que faciliten la comunicación entre los extranjeros residentes y los médicos especialistas en los diferentes centros de salud y hospitales de la Costa del Sol. De esta necesidad surgió hace ya catorce años en Nerja un servicio que en su día fue pionero en el conjunto de la comunidad autónoma andaluza y que con el paso de los años ha ido implantando progresivamente la Consejería de Salud en numerosos centros de salud y hospitales: los voluntarios intérpretes. La británica Anna Petri, ya fallecida, fue la gran impulsora de este proyecto en Nerja, allá por el año 1997. De un grupo primitivo de apenas media docena de intérpretes hoy se ha pasado a un colectivo del que forman parte de manera permanente una veintena de voluntarios, que se turnan en los diferentes centros de salud y en el hospital de la Axarquía, para prestar servicio tanto en horario de mañana como de tarde. Así, hace ya más de cuatro años el colectivo pasó a constituirse como una asociación, denominándose Asociación de Voluntarios Intérpretes para la Salud de la Axarquía (AVISA). Su presidente actual es Antonio Ruiz Barranco, mientras que su vicepresidente es el inglés Anthony Shearman. «Somos unos veinte voluntarios, todos jubilados mayores, que vivimos en la Axarquía, y que hacemos esto de manera altruista, para ayudar a nuestros compatriotas, a que sientan que tienen una ayuda y para que sus visitas al médico sean lo más cómodas y satisfactorias posible», argumenta Shearman. Para ello, la veintena de voluntarios dominan más de media docena de idiomas, aunque los fundamentales y más demandados son, lógicamente, el inglés, el francés y el alemán, aunque últimamente están proliferando mucho los turistas y residentes foráneos de origen escandinavo. «Atendemos no solo las consultas sino que también nos desplazamos a Urgencias, al hospital o a las visitas que hacen los médicos a los domicilios», comenta Shearman. Con el paso de los años y la experiencia acumulada, estos profesionales han tenido que aprender a dominar el lenguaje médico más básico, con términos que a menudo son muy difíciles de traducir. «Suelo llevar un diccionario por si hay una palabra que no sé traducir», confiesa la mujer de Anthony, y también voluntaria en AVISA, Sheila Shearman. Tras más de seis años colaborando con el colectivo, y ahora con la crisis económica, esta venezolana explica que desde mayo del año pasado se están imponiendo una serie de restricciones para el uso y disfrute de las prestaciones sanitarias para estos residentes foráneos. «Las tarjetas de salud ya solo son válidas para tres meses al año y las intervenciones quirúrgicas ya solo se hacen si son por Urgencias, porque se estaba produciendo un fenómeno de auténtico 'turismo sanitario', la gente venía aquí de vacaciones para operarse. Esto era una barbaridad y la Unión Europea y el Gobierno de España están intentando ponerle freno a esta situación», dice.
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