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21 Enero 2012 El turismo residencial registró el pasado año sus cifras más bajas, un 96% por debajo de los años de bonanza La Opinión de Málaga | Noticia La crisis económica no sólo ha perjudicado a la demanda de vivienda para primera residencia. El turismo residencial también está sufriendo los estragos de la mala coyuntura económica y ha dejado atrás sus años de bonanza para registrar cifras mínimas. Así lo admite el sector de los promotores y constructores, que no cree que 2012 vaya a traer un aumento en las ventas de inmuebles en ninguna de sus modalidades, al tiempo que asegura que sólo el empuje de los mercados emergentes, como Rusia, China o los países árabes, puede revitalizar las ventas turísticas. Según indicó el presidente de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga (ACP), José Prado, en 2011 sólo se vendieron en la provincia 600 viviendas para no residentes, una cifra que contrasta con las más de 16.000 que se vendieron en el año 2006 y que supone un 96% menos que en ese ejercicio, que fue el mejor en ese ámbito para la provincia, y un 40% menos que en 2010. «Se dan dos cosas muy negativas, antes de la crisis fue la corrupción, que nos ha hecho mucho daño, porque en el extranjero dicen que no hay condiciones de seguridad jurídica, y ahora está la globalización de la crisis, que no se puede olvidar», explica Prado, que admite que queda un «grupúsculo de ventas porque las condiciones de la Costa y su meteorología están por encima de lo malo». Sin turismo residencial El presidente de los constructores afirmó que «en estos momentos se puede decir que el turismo residencial ha desaparecido», aunque se mostró convencido de que va a resurgir. «La confianza se restablecerá, se olvidarán los «malaya» y se aprenderá a hacer las cosas mejor de lo que las hemos hecho», incidió Prado, que, no obstante, no cree que esa recuperación se produzca antes de dos o tres años. «2012 va a ser el año de los recortes. Posiblemente, se venderá menos porque habrá menos dinero en el mercado y para que éste se recupere hay que restablecer la confianza». Prado señala a los ciudadanos rusos como los que más están comprando vivienda en la Costa del Sol, especialmente en Marbella. «No les importa el precio, pero miran con lupa la legalidad». De otros mercados, reconoce que los británicos y los alemanes están comprando poco, y sobre todo en la ciudad marbellí, Benahavís y su área de influencia. También el presidente de la Federación de Urbanizadores y Turismo Residencial, y propietario del hotel Villa Padierna, Ricardo Arranz, cree que el inicio de la recuperación del «triángulo de oro» que forman Marbella, Estepona y Benahavís va a llegar de la mano de tres mercados: Oriente Medio, Rusia y el futuro mercado chino, «si somos capaces de involucrarnos en la comercialización y el marketing y darles soluciones para los visados y residencias». «Ahora los tres mercados emergentes van a ser los que van a posibilitar que se acabe con el stock de viviendas, la mayoría en manos de los bancos, que suponen una oportunidad por sus precios», reseñó Arranz, quien cree que en tres años la Costa podrá volver a ser «destino de los mercados centroeuropeos y del inglés» y se podrán iniciar nuevas construcciones «que puedan crear empleo y riqueza». «Espero que aprendamos y hagamos construcciones y promociones de mayor calidad. Lo que nos falta es tener capacidad de ventas y marketing. Una de las cosas más importantes es solucionar los visados y, con los bancos, solucionar las trabas que ponen a la traída de dinero, porque piensan que es de droga o mafias, pero procede de petróleo o gas», insistió. Arranz no es partidario de bajar más los precios. «No hay que bajar ni los de la vivienda ni los de los hoteles. Lo que tenemos que saber es vender y dar servicios, y esos servicios hay que pagarlos».
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