Fecha Publicación:
29 Abril 2012
Muchos son jubilados, algunos explotan el turismo vía internet y muchos se dedican al rubro de la gastronomía.
La Nación | Reportaje
La zona de la Cordillera se ha convertido en un extraño paraíso para alemanes y suizos. Jubilados, principalmente, hombres de negocios e, incluso, personas que por recomendación médica necesitan de un clima como el de Paraguay, forman parte de una colonia europea numerosa que marca la diferencia con sus formidables residencias de diferentes estilos.
Un registro de la Policía Nacional señala que en los distintos distritos del departamento viven 87 alemanes y 36 suizos. Pero se presume que son más, pero que por alguna razón no se han registrado. Muchos también ya tienen cédula paraguaya. Otros tienen parejas paraguayas e incluso hijos.
La actividad que desarrollan tiene una amplia diversidad, muchos de ellos dedicándose a la gastronomía, negocios inmobiliarios o simplemente viven de sus pensiones que reciben como ex trabajadores en sus respectivos países.
Sin embargo, en los últimos tiempos varios extranjeros que residían en la zona de la capital departamental o en distritos aledaños sufrieron asaltos domiciliarios y en algunos casos con resultados fatales. Por la inseguridad, los que explotan el negocio gastronómico optaron por abrir solo de día y cerrar de noche.
En Caacupé, las más confortables cafeterías, confiterías y lugares de comida son de alemanes. La producción de chacinados y derivados lácteos es otro rubro a los que se dedican y algunos hacen negocios inmobiliarios vía internet. Este rubro parece muy rentable y explica del porqué muchos turistas europeos vienen con frecuencia a visitar la zona. Con sus euros, el costo de pasear o comprar en Paraguay es un precio muy bajo.
LOS GRANDES TEMORES
Con el negro antecedente de que muchos extranjeros fueron objetos de los más audaces asaltos, incluso con saldo de fallecidos, tanto alemanes como suizos toman sus precauciones. Los que recibieron a este reportero en sus casas condicionaron a que no se utilice grabadoras, cámaras fotográficas y que no se mencione sus nombres.
Sin embargo hubo una excepción. Se trata de René Krauchi, propietario del restaurante 4 de Octubre, ubicado en el barrio San Francisco. El es un suizo de 59 años y el mismo aceptó contar sobre su actividad mediante su pareja, Mirian Paredes, ya que no habla mucho el español. Dijo que hace como cinco años vino al Paraguay tras jubilarse como empleado de una empresa en su país.
Señaló que tiene otros dos hermanos (Eduardo y Kurt Krauchi) que vinieron antes que él y se instalaron en la compañía Costa Pucú, pero que no desarrollan ninguna actividad laboral y a invitación de sus familiares también recaló en la ciudad de Caacupé. Contó que abrió su restaurante donde sirve comidas europeas exclusivamente.
Mencionó que los asaltos y asesinatos a extranjeros en la zona de Cordillera le obligaron a cerrar en horario nocturno su negocio gastronómico y actualmente abre solamente de día. “Hay muchos bandidos de acá y también extranjeros”, sostuvo en un mal español.
SUIZOS Y LA JUBILACIÓN
Por otra parte, una alemana que también nos recibió en su casa y pidió que no se publicara su nombre contó que los suizos, a diferencia de los alemanes, reciben una mejor pensión por jubilación y vienen a Paraguay por el clima y por la naturaleza que se tiene en esta región. “La mayoría son jubilados y vienen acá porque quieren descansar”, señaló.
Sin embargo, entre los alemanes que recalan a Paraguay no todos vinieron en busca de descanso o para vivir en contacto con la naturaleza. “Muchos paisanos míos vinieron huyendo de la justicia porque han cometido estafa o tienen problemas con el fisco”, subrayó.
La referida alemana, que ya adquirió la ciudadanía paraguaya, dijo que junto con su marido y su hija vinieron al Paraguay hace años, por el clima y buscando salud. El marido de esta alemana ya falleció y fue enterrado en Caacupé.
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