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11 Junio 2012 El consejero de Turismo y Comercio de la Junta, Rafael Rodríguez, es un político con dos décadas de trayectoria en el Partido Comunista y en Izquierda Unida. Este licenciado en Derecho, de 49 años, se define como poco viajero, salvo cuando sale en familia. Casado y con tres hijos. Este malagueño, nacido en la pequeña localidad axárquica de Sedella, manifiesta sentir una enorme responsabilidad y muchas ganas de llevar a buen puerto la tarea de dirigir la política turística andaluza. Sur | Entrevista (Consejero de Turismo y Comercio, Junta de Andalucía) Rafael Rodríguez desvela en la que ya es la sede compartida de la Consejería de Turismo, antigua ubicación de Turismo Andaluz, las líneas estratégicas para consolidar el futuro de esta industria y la estabilidad laboral de sus empleados. Tras ocho años en la Cámara de Cuentas, ahora tiene claro que es clave luchar contra la estacionalidad y que no es momento más adecuado para plantear un impuesto al turista, en el sector que, asegura, mantiene el buque en marcha. –Se cumple un mes desde su nombramiento. Sus primeras declaraciones fueron para señalar que quería traer a Málaga el peso político de la Consejería deTurismo. ¿Cómo se va a plasmar esa propuesta? –En que, a efectos públicos y externos, va a tener dos sedes, una en Sevilla y otra en Málaga. De hecho, en todos los membretes aparecerán estas dos ubicaciones. Además, yo estaré de forma estable uno o dos días a la semana, haciendo de esta casa, la anterior ubicación de Turismo Andaluz, la sede de uso para toda Andalucía. Todo ello en base al reconocimiento del peso económico, laboral y de imagen que Málaga y la Costa del Sol tienen en el conjunto de la región. –¿Este propósito se hará de forma inmediata? –A veces se establecen discursos absurdos que no nos llevan a ningún lado. El traslado de la sede es un debate absurdo cuando se pueden compaginar las dos instalaciones para plasmar la importancia del turismo de Málaga en Andalucía. Nosotros nunca hemos alardeado de este asunto, sino que ha sido un elemento que se ha puesto sobre la mesa en función de la realidad existente. En Málaga, la Consejería tiene ya una actividad normal sin necesidad de trasladar a los 400 trabajadores de Sevilla, que sería una barbaridad administrativa. –Su nombre no estaba en las quinielas y fue toda una sorpresa, pero también apaciguó unas semanas de temores e incertidumbres sobre el futuro de un sector que es el pilar de la economía. ¿En qué situación se encuentran ahora las relaciones con el sector y con el resto de administraciones? –Ni mi nombre figuraba ni por mi parte se realizó ningún movimiento para generar expectativas. Asumo la responsabilidad con mucha ilusión y con gran espíritu de trabajo. Considero que es un reto profesional, pero también político para IU gestionar adecuadamente una consejería que hace referencia al 22% del PIB de Andalucía y a un millón de puestos de trabajo, directos o indirectos, y a 3.500 millones de euros de facturación durante el año pasado. El turismo es sustancial. Hoy en día es la industria que impide que el barco zozobre y que mantiene a flote la sociedad andaluza y la estructura productiva y laboral de la comunidad con todas las dificultades que hay. Es, además, un sector con interlocutores solventes, capaces y que conocen bien las necesidades. Contar con este sector es una ventaja evidente. Desde el principio dije que la actitud de la Consejería iba a ser de mantener una interlocución continua y una voluntad de consenso, así como de una lealtad institucional, que también pedíamos. Mantendremos una relación fluida incluso con aquellos que no quieran. –En aquellos recelos a la llegada de IU a la Consejería de Turismo estaba también un asunto que ahora ha vuelto a resurgir con la propuesta del Partido Comunista de Sevilla de fijar un impuesto al turismo. ¿Contempla fijar alguna tasa? –El grupo parlamentario de IU está recibiendo multitud de propuestas para ver cómo afrontar el futuro inmediato a nivel presupuestario y una de ellas ha sido efectivamente esta, pero es una más. Siempre he defendido que no contemplamos un proyecto fiscal por trozos, es decir, si de cara a 2013 es necesario realizar una actuación fiscal global en ella se pondrán sobre la mesa las diferentes posibilidades que existan. Pero ahora no se contempla la hipótesis de un impuesto al turista, no es el momento más adecuado de plantearla en un sector que es el que mantiene el buque en marcha. –El pasado lunes avanzó algunas propuestas en esta línea en el Parlamento. También dijo que una de sus prioridades es un Plan de Turismo Sostenible. ¿Qué aspectos concretos son irrenunciables en este proyecto para configurar ese modelo que defiende? –A veces el tren avanza sin pararse lo suficiente y sin reflexionar con los que de verdad viven el día a día. Por eso lo primero que vamos a hacer es, tras el verano, en octubre o noviembre, una conferencia estratégica sobre el turismo en Andalucía. En este evento, que se celebrará en la Costa del Sol, lo que queremos es sentarnos a pensar, diagnosticar y situar propuestas sobre la mesa todos los que tenemos algo que decir en materia de turismo en la región, de tal manera que sus conclusiones serán las que llenen de contenido los diferentes planes y pactos que vamos a impulsar en esta legislatura. –¿Será entonces esta conferencia la que marque la hoja de ruta? –Efectivamente. No será una conferencia de ponentes y de oyentes, sino de actores de los diferentes sectores, que se convertirán en protagonistas de lo que es fundamental, en estos momentos tan difíciles y competitivos, que es una puesta en común. El segundo nivel será señalar los vectores sobre los que se puede articular la política turística de Andalucía en los próximos años. Estamos dando una gran importancia a esa conferencia estratégica. Los derechos corresponden al medio de comunicación en el que fue publicado
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